Kunstmann apuesta más allá de la cerveza y busca profundizar modelo de franquicias para bares
Cristóbal Kunstmann cuenta que quieren alcanzar entre 15 y 20 locales y poner foco en regiones. Este año ya abrieron en Barrio Italia y harán lo propio en Antofagasta y Puerto Varas.
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Hace tiempo que la marca Kunstmann se ha expandido a mucho más que solo la cerveza y en esa ampliación del modelo de negocios los bares son el punto más destacado.
Después de su primer local, el reconocido restorán familiar de Valdivia, la firma apostó por un modelo de franquicias. Al cierre de 2022, ya existía un Kunstmann Craft Bar en Alonso de Córdova –que por un tiempo estaba administrado directamente por la empresa, pero ahora también pasó a estar franquiciado-, en Ñuñoa y, fuera de Santiago, también en Concepción y Viña del Mar. Al otro lado de la cordillera, también hay uno en Bariloche.
Ahora, la compañía quiere subir la apuesta. “Queremos subir un poquito la puntería ahora (…) Estamos pensando de aquí al 2030 tener entre 15 y 20 locales”, dice Cristóbal Kunstmann, gerente general de Cervecería Kunstmann Ltda., el área de la empresa que está detrás de los Craft Bar. La familia homónima también está detrás de Cervecería Kunstmann S.A., que es la parte de la compañía que está asociada con CCU.
El ejecutivo cuenta que comenzaron a explorar con el modelo de franquicia en 2018, con el local de Plaza Ñuñoa y dice que se dieron cuenta de que, bajo este modelo, es con el que más control pueden tener de la operación, por lo que quieren profundizar en este y que todos sus nuevos bares sean bajo esta figura.
Foco en regiones
Este año, ya abrieron un nuevo local en Barrio Italia y durante el año harán lo propio en Antofagasta y en Puerto Varas. Además, probarán un nuevo formato más pequeño en el Mallplaza Vespucio, dentro del mercado gastronómico que se está desarrollando en este centro comercial.
Para el resto de las aperturas, Cristóbal Kunstmann cuenta que se apuntará con fuerza a las regiones. “Nosotros somos de región, somos de Valdivia. Sabemos lo difícil que es lo y lo centralizado que está el país acá en Santiago”, explica.
Agrega que, además, a lo largo de Chile “los buscan” para que lleguen con sus bares. Iquique y Curicó, son algunos de los posibles destinos que evalúan en la cervecería.
“Cuando llegamos con Kunstmann a un barrio hay un prejuicio de que poco menos que vamos a quedarnos con los clientes, pero la verdad es que la experiencia ha demostrado que es totalmente al revés. Nosotros cuando llegamos, contribuimos a crear un polo gastronómico, impulsado por nuestra marca que ya está muy bien posicionada en Chile. Hacemos crecer la marea para todos”, argumenta.
Si bien la cervecería ya abrió su primer bar en Bariloche en 2014, por ahora no quieren seguir expandiéndose fuera de Chile. “Por ahora nos vamos a mantener aquí. Acá en Chile la marca es más conocida. Nosotros enviamos mucha cerveza a Argentina y tenemos Bariloche, tenemos algo de camino recorrido en ese país, pero no con la misma potencia que acá”, dice el gerente.
El negocio
En total, explica Cristóbal Kunstmann, la planta cervecera produce unos 350.000 hectolitros al año. De todo eso, los bares consumen alrededor de 7.500 hectolitros. En total, estiman que unas 800 mil personas visitan los locales al año y esperan, con las nuevas aperturas, superar el millón.
El ejecutivo destaca que los bares, además, les permiten probar estrategias para el resto del negocio. Por ejemplo, en todas las sucursales se ofrecen las 16 variedades permanentes de la cerveza, más una extra, que va rotando. “La línea experimental para nosotros es nuestro mejor estudio de mercado. De hecho, algunas han pasado a ser de línea, como la session IPA”, cuenta.
A pesar de que, tras la pandemia, la industria del consumo se ha visto presionada por aumentos en los costos y hoy el menor poder adquisitivo de los hogares hace más difícil el escenario, Kunstmann es optimista y asegura que “ya este primer trimestre se ha visto un desempeño mejor de lo esperado”.
“Tiene que ser su propio jefe”: lo que busca la
familia tras la marca para sus franquiciados
Cristóbal Kunstmann asegura que tienen un estándar alto para los franquiciados y sus exigencias son específicas.
Además de un capital de US$ 500 mil, la familia detrás de la marca considera que la persona que administre los bares “tiene que ser su propio jefe. El que busca eso tiene la posibilidad de hacerlo con nosotros”, dice el ejecutivo. En ese sentido, afirma que buscan a personas que tengan una fuerte presencia en el local, por lo que descarta la posibilidad de un “mega franquiciado”. Sin embargo, hoy el mismo que administra el bar de Plaza Ñuñoa pasará a hacerlo también con el de Alonso de Córdova.
“¿Y qué es lo que nosotros ofrecemos como Kunstmann? Bueno, obviamente todo el know how del manejo de los restoranes. Los franquiciados tienen que ir a Valdivia a una capacitación de dos semanas donde pasa por todas las áreas y se le va enseñando. Y de ahí un permanente apoyo hacia la franquicia”, asegura Cristóbal Kunstmann. También, añade que buscan compromisos a largo plazo, por lo que firman contratos por diez años.